Por el Profesor Matías Olmedo
¡Bienvenidos, viajeros y apasionados de la historia! Hoy, les invito a emprender un fascinante recorrido por las raíces de una ciudad única en el mundo: La Antigua Guatemala. Aquí, cada calle empedrada, cada iglesia en ruinas y cada atardecer teñido de ocres y dorados es un portal a un pasado glorioso que espera ser descubierto.
El Corazón de un Reino
Imaginemos por un momento la Antigua de antaño… Fundada el 10 de marzo de 1543, esta ciudad fue la tercera capital del Reino de Guatemala, un territorio que abarcaba desde Chiapas hasta Costa Rica. Su diseño urbano, a cargo del ingeniero Juan Bautista Antonelli, la convirtió en un modelo de planificación del Nuevo Mundo, al igual que la Ciudad de Oaxaca en México.
Caminar por Antigua es revivir la grandeza de una de las tres ciudades más majestuosas de América en la época colonial. Aquí, en 1549, se estableció la Audiencia y Cancillería Real de Santiago de los Caballeros, el centro de poder y justicia de toda la región. ¿Se imaginan el bullicio de las plazas, las procesiones solemnes y las fiestas en honor a los monarcas?
El Alma de Tres Culturas
Desde su fundación, Antigua fue un crisol de culturas. La herencia española, indígena y africana tejió un legado que hoy podemos ver en su arquitectura, su gastronomía y sus tradiciones. No es casualidad que, al recorrer sus calles, uno sienta el peso de la historia y, al mismo tiempo, la magia de una ciudad que se niega a ser solo un recuerdo.
En 1979, la UNESCO reconoció ese legado y declaró a La Antigua Guatemala como «Patrimonio Cultural de la Humanidad». ¿Y cómo no hacerlo? Esta ciudad es un museo vivo que ha sabido resistir los embates del tiempo y la naturaleza.
El Espíritu del Hermano Pedro
No podemos hablar de Antigua sin mencionar a uno de sus más grandes personajes: el Santo Hermano Pedro de San José de Betancur. Este misionero canario llegó a Guatemala en 1651 y dedicó su vida a los más necesitados. Fundó el primer hospital para convalecientes, un centro de alfabetización y la Orden Bethlemita, dejando una huella imborrable en la historia del país.
Sus restos descansan en el Templo de San Francisco El Grande, un lugar que todo visitante debería conocer. No importa si eres creyente o no, la historia del Hermano Pedro es un ejemplo de humanidad y entrega que inspira a cualquiera.
¿Por Qué “Panza Verde”?
Si visitas Antigua, es probable que escuches el término «panza verde». ¿Sabías que este apodo tiene su origen en la resistencia de los antigüeños tras los terremotos de 1773? A pesar de que la ciudad fue declarada «suelo proscrito» y se prohibió su comercio, sus habitantes se negaron a abandonarla.
Para sobrevivir, se alimentaban de hierbas como macuy, quilete, chipilín, bledo y verdolaga, lo que llevó a los habitantes de la nueva capital a llamarlos «panzas verdes». Lo que comenzó como una burla se convirtió en un símbolo de resiliencia y orgullo. Hoy, ser «panza verde» es llevar en el alma la esencia indomable de Antigua.
¡Antigua Te Espera!
Queridos viajeros, Antigua no es solo un destino: es una historia viva que se siente en el aire, en cada esquina y en cada tradición que ha perdurado por siglos. Exploren sus iglesias, recorran sus mercados, degusten sus sabores y descubran, con cada paso, los secretos que esta joya colonial tiene para contar.
¡Que su visita sea más que un paseo! Que sea un reencuentro con el pasado, una inspiración para el presente y, quién sabe, tal vez hasta el inicio de su propia historia en esta ciudad eterna.
¡Nos vemos en la próxima aventura histórica!
📜 Profesor Matías Olmedo
Guardián de la historia de Antigua Guatemala